La empresa concluye su crónica mencionando que la estafa llega a su fin cuando los supuestos empleados desaparecen con los montos que los usuarios entregaron.El calificativo de “ebanista” (pedagogo en el arte de trabajar la madera de ébano) no lo tenía cualquiera. Solo se asignaba en aquellos tiempos a los carpinteros que lograban un nivel d